sábado, 15 de julio de 2017

Corrección examen Lengua castellana y Literatura. EVAU junio 2017. Opción B

UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID - EVALUACIÓN PARA EL ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS OFICIALES DE GRADO - Curso 2016-2017
MATERIA: LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II

OPCIÓN B

A nuevos conocimientos nuevas palabras. Los técnicos inventaban máquinas y los científicos descubrían realidades, y a esas nuevas máquinas y a esas nuevas realidades había que “bautizarlas”: teníamos que imaginar nombres con los que llamarlas. Según el bello relato de la Creación en el Génesis, Dios no solo creó el mundo mediante el poder mágico de la palabra, sino que además él mismo iba necesitando palabras para poder designar las cosas a medida que las iba creando: “Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche… Y llamó Dios a esa bóveda cielos… y llamó Dios a lo seco tierra, y a la reunión de las aguas mares…”. Nosotros, que no somos dioses, hemos tenido, sin embargo, la misma necesidad: crear palabras para designar las cosas. ¿Y cómo hemos “bautizado” aquellas nuevas máquinas inventadas por los técnicos y aquellas nuevas realidades descubiertas por los científicos en los últimos siglos? ¿Cómo hemos respondido a esa necesidad que tenemos de designar a las cosas con un nombre, de llamarlas “por su nombre”? Pues creando neologismos, palabra que, a su vez, es un neologismo creado por los franceses hace casi trescientos años, a partir de dos términos griegos: neos, ‘nuevo’, y logos, ‘palabra’ (más el sufijo -ismós, que permite formar ciertos sustantivos), en resumen, creando ‘palabras nuevas’.

 Y eso lo hemos hecho de varias maneras. En primer lugar, como es lógico, recurriendo a nuestras dos lenguas madre, el griego y el latín. Si nuestros técnicos inventaban el coche, pues tomaban una palabra griega, autós, ‘por sí mismo’, y una latina, mobilis, móvil, ‘que se mueve’, y creaban automóvil, ‘que se mueve por sí mismo’, sin que lo arrastre un caballo. Y si nuestros científicos descubrían un antepasado nuestro situado a medio camino entre el hombre y el mono, acudían al griego y lo llamaban pitecántropo, ‘hombre mono’, de píthekos, ‘mono’, y ánthropos, ‘hombre’. Los griegos nunca usaron esa palabra: jamás hablaron de “pitecántropo”. ¿Hablaron de píthekos? Sí, claro, es palabra suya. ¿Hablaron de ánthropos? Sí, por supuesto, muchas veces. Pero jamás usaron ese palabro que nosotros hemos creado uniendo dos palabras suyas en una nuestra.

 (Virgilio Ortega, Palabralogía, 2014))


CUESTIONES

1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes:

a) enuncie el tema del texto (0,5 puntos)

                La creación de neologismos para la nominalización de las nuevas realidades.

b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos)

                Este texto ensayístico, separado en dos párrafos, se puede dividir en tres partes, atendiendo a las ideas que aparecen en él. La primera parte (que corresponde a las tres primeras líneas, hasta “Según”) es el planteamiento inicial del ensayo en donde el autor nos cuenta que, durante el largo y continuo proceso de invención de máquinas y descubrimientos de realidades, los hombres han tenido la necesidad de imaginar nombres para las cosas y bautizarlas. Comienza el cuerpo de la argumentación con el creador de todos los creadores: Dios, que en el Génesis, a medida que iba creando el mundo, iba dándole nombre a las cosas que iba creando. A continuación, fueron a los hombres (“los no dioses”) a los que nos correspondió la ardua tarea de designar las cosas que iban surgiendo con una palabra, creando lo que se llamó neologismos. El autor emplea seguidamente dos ejemplos de neologismos procedentes del griego, uno que pertenece al ámbito técnico (“automóvil”) y otro, al ámbito científico (“pitecántropo”), palabras que como tales no pertenecen a la lengua helena, pero surgieron de la unión de dos términos de este idioma. El autor concluye en las últimas cuatro líneas del texto que, aunque estas palabras no existieron como tales en la lengua griega, sí se crean en la formación de lenguas modernas como el castellano.

                Atendiendo a la posición de la tesis en el texto, este tiene una estructura inductiva, ya que la idea que el autor nos quiere transmitir, de que las nuevas palabras o neologismos de origen culto formadas por composición no existían en su lengua original, salvo por separado, aparece al final del ensayo. Para llegar a esta teoría, el autor se vale de argumentos de ejemplificación como en el caso de las palabras “automóvil” y “pitecántropo”, al igual que antes ha utilizado el argumento de autoridad del “Génesis” para comentar el origen de las primeras palabras.

                En cuanto al nivel lingüístico, el texto, a pesar de los cultismos de origen griego como “pitecántropo”, pertenece al español correcto o estándar. Es un ensayo, de carácter divulgativo, que no presenta dificultades en cuanto a su comprensión.

                Desde el punto de vista de las funciones del lenguaje, es un texto muy rico y variado. En primer lugar, en las primeras líneas, existe predominio de la función representativa o referencial, dado su carácter más objetivo, que se observa sobre todo con el rasgo de la 3ª persona. A medida que avanza el texto, este se va haciendo más personal, más “expresivo”, hecho que se percibe con el uso de la 1ª persona y otras marcas de subjetividad (por ejemplo adjetivos valorativos, “bello relato”). Cuando el autor explica el significado de ciertos términos, se está desarrollando la función metalingüística del lenguaje. Y, por último, el abundante empleo de oraciones interrogativas (aunque retóricas), nos acerca el texto a la función apelativa del lenguaje.

                Por lo que respecta al nivel morfosintáctico, en relación con la última idea del párrafo anterior, predomina la modalidad oracional enunciativa, tanto afirmativa (“Los técnicos inventaban máquinas y los científicos descubrían realidades”) como negativa (“Los griegos nunca usaron esa palabra”), junto con las oraciones interrogativas, tanto totales (“¿Hablaron de píthekos?") (“¿Y cómo hemos “bautizado” aquellas nuevas máquinas inventadas por los técnicos y aquellas nuevas realidades descubiertas por los científicos en los últimos siglos?”). Es frecuente el uso del plural asociativo para implicarnos a los lectores en esta faceta lingüística (“somos”, “hemos hecho”). Predominan, además, las formas verbales en pasado, tanto pretéritos perfectos simples (“usaron”, “hablaron”) como pretéritos imperfectos (“inventaban”, “descubrían”) e incluso, para acercarnos la situación a estos días, pretéritos perfectos compuestos (“hemos tenido”, “hemos bautizado”). Destaca el uso de perífrasis verbales, que aporta al texto muchos matices y dinamismo, tanto modales (“había que bautizarlas”, tenemos que imaginar”) como aspectuales (“iba necesitando”, “iba creando”).

                En cuanto al nivel léxico-semántico, el texto destaca por la gran acumulación de recurrencias, que dan cohesión al mismo. Recurrencias léxicas como “palabra”-“palabro”, “creó”, “creando”-“hemos creado”, “nuevos”-“nuevas”… Recurrencias semánticas, como sinónimos (“inventar”-“imaginar”, “designar”-”llamar”, “términos”-”palabras”), antónimos (“día”-“noche”, “luz”-“tinieblas”), hiperónimos (“lenguas madres” frente a sus hipónimos “griego” y “latín”) o el campo semántico de la lingüística con  palabras como “neologismos”, “sufijo”, “sustantivos”. Dentro del carácter subjetivo del texto, destacan ciertas expresiones evidenciales, que figuran como marcadores en función pragmática (“como es lógico”, “por supuesto”).

                Por último, para concluir, en el plano textual, destaca el uso de marcadores discursivos para dar cohesión a las ideas, como por ejemplo el de adición a principio de enunciado “y”, ordenadores del discurso como “en primer lugar”, el contraargumentativo “pero”, de recapitulación como “en resumen” o de consecuencia “pues”. Hay casos de elipsis como “A nuevos conocimientos nuevas palabras” o “Sí, por supuesto, muchas veces”. Es frecuente el uso de anáforas, como “eso” (“creando nuevas palabras”), “bautizarlas” (“realidades”), “lo” (“automóvil”) y, en el segundo párrafo, gran acumulación de deícticos como “nuestros”-“nuestras”, “suya”-“suyas”, “ese” o “nosotros”.

c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).

Es un texto de carácter expositivo-argumentativo (más esto último), en donde el autor nos habla de la importancia de la importancia de la incorporación de neologismos a un idioma. Se trata de un texto de tipo humanístico, de carácter ensayístico, ya que trata de un tema que afecta al ser humano, dentro de la rama de la lingüística y, más concretamente, la sociolingüística. Según el receptor al que va dirigido, es un texto divulgativo, con un lenguaje sencillo, sin apenas cultismos.

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

                Desde el comienzo de los tiempos, a medida que el mundo crecía y aumentaban el número de nuevas realidades, hubo la necesidad de crear a su vez nuevas palabras: los neologismos. El autor selecciona de este amplio número de palabras aquellas que proceden de las dos lenguas maternas del castellano: el griego y el latín. Aunque no se utilizaran ciertas palabras compuestas cultas en el mundo antiguo, la aportación de las lenguas clásicas es importante para la evolución de una lengua.

3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de usar términos tomados del inglés para denominar nuevos inventos y realidades. (1,5 puntos)

                Resultaría muy complicado, por no decir imposible, permanecer en una sociedad como la actual impermeable a la influencia del inglés, a su dominio sobre el resto de las lenguas y a la incorporación constante de anglicismos en todas las facetas de la vida.

                En primer lugar, me parece de mentes muy arcaicas y rudimentarias el hecho de criticar cualquier incorporación de palabras procedentes de otros idiomas para nombrar nuevas realidades. De siempre han existido los préstamos, que son fuente de enriquecimiento idiomático y un síntoma saludable del contacto entre lenguas.

                En mi opinión, el uso, en este sentido, debería imponerse a la norma, a las reglas. Si los hablantes de una lengua –que no son tontos- adoptan como naturales, entendibles y necesarios vocablos del inglés no debería objetarse nada; es algo natural e inevitable.

                Por mucho que nos moleste, la influencia del inglés es tan grande que no se le puede poner límites o barreras a su expansión. Los académicos y defensores a ultranza de la lengua patria siempre llegarán un minuto tarde a la nueva palabra inglesa que se ha colado por internet, a través de nuestro televisor o con el último avance tecnológico.

Por lo tanto, relajémonos y permitamos sin obstaculizar la incorporación de nuevas palabras de otros idiomas, síntoma muy evidente de progreso.

4.a. Analice sintácticamente: Los griegos jamás usaron ese palabro que hemos creado nosotros. (1,5 puntos)

Se trata de una oración compuesta por subordinación formada por dos proposiciones:

  • ·         La proposición principal es “Los griegos jamás usaron ese palabro”; se trata de una oración personal; predicativa, activa y transitiva y enunciativa negativa. Tiene, por tanto, un predicado verbal, en el que “usaron” es el verbo predicativo y “ese palabro”, junto con la proposición subordinada adjetiva, configuran el CD; el adverbio de negación “jamás” actúa como un complemento circunstancial de negación.
  •  ·     La proposición subordinada es “que hemos creado nosotros”. Se trata de una proposición subordinada adjetiva especificativa cuyo antecedente es “palabro”. Es una oración personal; predicativa, activa, transitiva; enunciativa afirmativa. El relativo “que” cumple la función de CD de la subordinada, cuyo verbo es “hemos creado”; el sujeto de esta proposición es “nosotros”.


4.b. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece conocimientos, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto)

  •  Categoría gramatical: “conocimientos”, palabra variable, es un sustantivo común, contable, individual y abstracto, con género masculino y número plural.
  • Estructura: conoc-i-miento-s. “conoc-“ es el lexema (la palabra proviene del verbo  conocer); “-i-” es la vocal temática o de unión; “-miento-“ es un morfema derivativo sufijo, que forma nombres verbales con el significado de 'acción', 'proceso' o 'resultado'; “-s” es un morfema flexivo de número.
  • Clase de palabra según su formación. “Conocimientos” es una palabra derivada, ya que emplea un morfema derivativo en su formación.


5.a. El Novecentismo y las Vanguardias. (2 puntos)

 En España, el grupo literario que sucede a los modernistas y noventayochistas recibe el nombre de Novecentismo o Generación del 14. Sus componentes se caracterizan por su orientación europeísta y por su concepción del arte como una actividad separada de lo social y lo político.

            Durante las primeras décadas del siglo XX aparecen en Europa diversos movimientos artísticos, llamados vanguardismos, que rompen radicalmente con la temática y las técnicas expresivas del Romanticismo y el Realismo. Los novecentistas conectan fácilmente con los vanguardismos, ya que en ellos ven cumplida su apuesta por un arte producto de un acto lúdico y libre que ponga a prueba la capacidad intelectual y expresiva del artista.

            Los rasgos más destacados de la lengua de los novecentistas son la precisión conceptual, que refleja su sólida formación intelectual, y la expresión de lo subjetivo, que refleja su vertiente creativa y se materializa, sobre todo, en la metáfora.

            Los géneros literarios más representativos del Novecentismo son la lírica, expresada tanto en prosa como en verso, y el ensayo, que se divulga, sobre todo, a través del periódico y de revistas especializadas.

            Un grupo nutrido de personas procedentes de diferentes ámbitos (medicina, política, filosofía…) que tuvieron un papel activo en la sociedad de su tiempo y que encontraron en el ensayo el medio idóneo de divulgar sus ideas y conocimientos. José Ortega y Gasset* (La deshumanización del arte) más importante de este grupo.

            La novela novecentista continúa el camino de subjetivismo y de renovación que había comenzado la Generación del 98. Los autores novecentistas suelen manipular situaciones para expresar su opinión sobre los más diversos temas. Algunos, como Gabriel Miró (El obispo leproso), se valen del lirismo; otros, como Wenceslao Fernández Flórez (El bosque animado), optan por el humorismo.

            La producción lírica de estos años es muy variada. Aunque a todos los poetas les mueve la voluntad común de acabar con el sentimentalismo y la retórica, heredados del Romanticismo y del Modernismo, podría decirse que, a grandes rasgos, los novecentistas se preocupan por conseguir un mensaje exacto y claro que transmita fielmente la idea, y que los vanguardistas pretenden ofrecer nuevas versiones del universo.

            No obstante, entre los novecentistas, aparecen personalidades difíciles de encasillar, bien porque escapan del llamado arte deshumanizado, como León Felipe, bien por su compleja trayectoria creativa, como Juan Ramón Jiménez*.

            Por otro lado, del rico panorama de la lírica vanguardista habría que destacar la figura de Ramón Gómez de la Serna* (“Greguería”=metáfora + humor), que facilitó la entrada de las nuevas tendencias artísticas en España, donde los vanguardismos más importantes fueron el creacionismo, representado por Vicente Huidobro; el ultraísmo, difundido, sobre todo, a través de la revista Grecia, y el surrealismo, que influyó notablemente, en la Generación del 27.

            El creacionismo y el ultraísmo tienen en común la búsqueda de nuevas formas tipográficas, como el caligrama, pero el primero cultiva más la metáfora y el segundo siente preferencias por las máquinas y el léxico técnico-científico.


5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española publicada entre 1940 y 1974 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)

La familia de Pascual Duartepublicada en 1942, es la novela que inaugura el llamado “tremendismo” literario. Además es la primera novela de Cela y la que inicia su reconocimiento por parte de la crítica y el público. El novelista ofrece en estas páginas la trascripción de las memorias de Pascual Duarte, un asesino que espera la ejecución en la cárcel de Badajoz. La obra se presenta desde una perspectiva moralista, como “un modelo de conductas”, pero  “un modelo para huirlo”.  Desde el primer capítulo de las memorias de Pascual Duarte busca la justificación y el perdón por los hechos que va a relatar. Parece como si él no fuera culpable, sino el mundo en el que le tocó vivir. Esta actitud de humildad y arrepentimiento será una constante en el tono de la narración en la novela (“Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo”). Todo le sale mal y su reacción ante las adversidades es el crimen: matar a quien le hace daño, ya sea animal o persona.

La novela fija sus modelos creativos principalmente en la novela picaresca (especialmente en los cinco primeros capítulos (niñez de Pascual, su casa, padres y hermanos), la novela naturalista (no tanto en el estilo como en la descripción del entorno social marginal y mísero en el que se mueven los personajes), el Romance de ciego (relatos sensacionalistas acerca de crímenes y sucesos repulsivos) o E.A. Poe y  Dostoievsky (autores  a los que se puede seguir su huella en la obra: los crímenes, la observación del alma humana en lo que tiene de patológico y enigmático).

El principal tema del libro es la violencia como respuesta ante las adversidades que tiene la vida. Pascual se esfuerza en toda la obra para convencernos de que la influencia del entorno le condujo a matar.

Otros temas relacionados son: la soledad y/o el aislamiento, la visión primitiva y animal del ser humano y el fatalismo.

Pascual Duarte es el personaje protagonista y el más complejo de la novela. En él se unen el sentido común y el instinto animal,  la barbarie y la sensibilidad de un modo que provoca, en ocasiones, el desconcierto del lector. Parece  que está perseguido por una especie de “fatum” que le impide encontrar la paz y la felicidad y que por el contrario le conduce a la desgracia y al crimen.

En cuanto al estilo, la novela se caracteriza por las expresiones coloquiales y el lenguaje llano y sin alardes acorde al nivel social de los personajes, el vocabulario es muy expresivo y variado, la narración en primera persona se combina con el estilo directo (menos habitual es el indirecto)  y con los diálogos: ágiles y de un lenguaje sencillo y directo; los recursos retóricos más empleados son las estructuras paralelas (semánticas y sintácticas) y las comparaciones ricas, expresivas y originales y, por último, no faltan en la novela notas de color local, con el empleo de regionalismos y vulgarismos.

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